lunes, 14 de noviembre de 2011

Suiza

Al contrario que sucede en otros países, como en Holanda, donde sólo el facultativo médico tiene la potestad para ayudar a poner fin a la vida del enfermo en agonía, en Suiza se permite asistir al suicido de éstos enfermos a personas ajenas de la medicina, con la condición de que se haga por motivos altruistas. A día de hoy la eutanasia es una práctica no permitida, no asimilable a que los médicos en exclusiva puedan llevarla a cabo.
La causa fundamental para que la eutanasia aún este prohibida es que dicha práctica vulneraria la integridad de la profesión, destacando que en opinión de algunos médicos existe una diferencia moral destacable entre la asistencia al suicidio de una persona y el de provocarle la muerte. Otro sector médico considera que las dos formas pueden ser consideradas  formas de ayuda a morir, formando parte del cuidado que precisan aquellos enfermos terminales con un sufrimiento atroz. Cabe destacar que la incompatibilidad entre el denominado “ethos” médico y la eutanasia no constituye un argumento definitivo para poder afirmar con rotundidad que nadie debería llevarla a cabo.
Otro motivo por el que se aboga por la no restricción de dichas prácticas a los médicos es por el eventual peligro de crear un marco legal en el que un sector de la población estaría menos perseguido que el otro solo por el mero hecho de formar parte del gremio médico.

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