Como ocurre en otros países en Japón la eutanasia se clasifica en tres tipos: La eutanasia negativa o pasiva, la eutanasia indirecta y la eutanasia activa. Estos últimos aparecieron a mediados del siglo pasado, cuando los parientes más cercanos al enfermo terminal le causaban la muerte, dándose un nuevo tipo de eutanasia activa a principio de los noventa (1991) cuando un médico, procedió con una inyección letal a poner fin a la vida de un paciente a petición de la familia, estando este caso aún pendiente de juicio.
Cabe destacar que a pesar de la existencia de una resolución judicial que establece la práctica de la eutanasia activa, y está aceptada por la doctrina, no hay caso en los que se haya declarado la impunidad a estos actos y apenas hay movimientos a favor de la legalización de ésta.
En cuanto a la eutanasia pasiva o negativa, apareció en los 80 con el sobrenombre de “muerte con dignidad”, cobrando cierta relevancia en los médicos dedicados a pacientes terminales, y en la opinión pública, por lo que se ha impulsado la legalización de esta. Hasta el día de hoy no se ha juzgado ningún caso de esta naturaleza.
Finalmente la eutanasia indirecta, no está cuestionada e incluso es considerada un tratamiento médico.
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