La doctrina italiana, establece que no se puede hablar de eutanasia pasiva cuando el sujeto no es tratado médicamente, por voluntad de éste, no siendo así en aquellos casos de enfermos en situación de incapacidad comprensiva y sin capacidad de voluntad, sólo pudiendo “dejar de curar” en aquellos casos de muerte cerebral.
La eutanasia indirecta por otra parte, el medico ha de respetar el criterio de educación y proporcionalidad en cuanto a que las cantidades suministradas no sean superiores a las que el cuerpo del paciente soportara, con el fin de que el medicamento no actuara como un veneno, aunque es de destacar que esta solución tenga fundamento penal.
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